Antonio López de Santa Anna, es uno de los personajes más controvertidos y discutibles de la historia de México del siglo XIX.
Destacó por su carrera miliar y política, llegando a ocupar la presidencia de México unas 11 veces.
En toda su carrera fue considerado enigmático, ya que participaba en partidos contrarios, fue: realista, insurgente, monárquico, republicano y unitario.
A pesar de ser impreciso le es clasificado como conservador, su sed de poder no fue conforme a su coherencia, y jamás ningún miramiento le impidió cambiar de bando.
Además, de un determinado dictador perpetuo con el tratamiento de “alteza serenísima”.
Este personaje fue una imagen muy difundida en la turbulenta vida política del país manejando a su antojo los relevos presidenciales. Este periodo es denominado “las revoluciones de Santa Anna” y su biografía en un elemento indispensable en la historia de las primeras décadas del México independiente.
Aunque si se piensa bien, el protagonismo de Santa Anna en la historia de México es cuando menos lúgubre, debido a la pérdida de la mitad del territorio nacional en la guerra contra Estados Unidos.
En cuanto a lo militar pese a todo lo anterior extrajo la máxima rentabilidad política a sus triunfos.
Completa Biografía de Antonio López de Santa Anna
Su nombre completo fue Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón, nacido el 21 de febrero de 1794, en Xalapa.
Hijo de don Antonio Andrés López de Santa Anna y Pérez de Acal, subdelegado de la provincia de la antigua Veracruz; y de doña Manuela Pérez de Lebrón y Cortés.
Las ansias de querer independizarse lo llevaron a asociarse a muy temprana edad, específicamente a sus 16 años; en el ejército real de la nueva España.
Es así como el 6 de julio de 1810 ingresó como cadete en el regimiento de la infantería de Veracruz.
Sus primeras experiencias militares fueron en la provincia de nuevo Santander y en la de Texas, bajo el mandato de su instructor el coronel José Joaquín de Arredondo.
Inicio de su carrera política
En el año 1821, el “Plan de Iguala”, también llamado acta de independencia de la América septentrional, documento proclamado por Agustín Iturbide; consagró al primer imperio mexicano, y de esta manera fue como comenzó una larga sucesión de inadvertidos apegos ideológicos.
Es este contexto histórico que López de Santa Anna fue nombrado por el virrey como Teniente Coronel: este título lo obtuvo porque se le envió a dar socorro a la ciudad de Orizaba, la cual se encontraba asaltada por los rebeldes, a los cuales derrotó por las armas y así logro ascender. Fue nombrado comandante de una pequeña isla de México llamada San Juan de Ulúa.
Santa Anna se unió a Iturbide qiien proponía organizar un congreso con una cámara única en la que existiese separación de clases para dar superioridad a los grupos predilectos.
Todos estaban a favor de la independencia pero no les parecía que el gobierno fuese oligárquico. Luego la suprema junta provisional gubernativa pidió una sola cámara que no implicara la separación de las clases. De esta manera se conformó con personas de gran categoría social.
Caída del emperador Agustín de Iturbide
Convertir una parte de nueva España en lo que hoy conocemos como México no iba a ser una tarea tan fácil, de hecho México no llega a comprender en su totalidad la parte norte de América, de la cual hablaban los originarios independentistas.
Iturbide firma los Tratados de Córdoba, un documento donde se declara la independencia de México el 24 de agosto de 1821. Luego de esto comienza una división de opinión pública entre los políticos y los militares mexicanos.
En el congreso constituyente estaban presentes representantes monárquicos, borbonistas e iturbidistas además también republicanos.
España tomó consigo Cuba, Puerto Rico y Republica Dominicana dividiendo, como si fuese posible mucho más el pretérito reino. Mientras que Centroamérica se encontraba del lado de los independentistas.
Se dice que gracias a la influencia que ejercieron las masas fuera del congreso constituyente, es como Iturbide consigue ser coronado como emperador, estas mismas personas el 18 de mayo de 1822 pidieron la corona para él y fue designado como Agustín I. además también influenciaron en que se utilizara la monarquía como nueva forma de estado.
Pero la gente tenía incertidumbres, se sabía muy bien que el ahora emperador Iturbide era bastante taimado, por lo cual podría haber manipulado fácilmente a las masas para así estar favorecido solo él y tener todo el poder para sí. Pero que de esta manera fuese perjudicial para parte de los insurgentes.
Gracias a estas sospechas la oposición republicana no tardó mucho en encolerizarse, de hecho se había descubierto una trama o complot para la formación de la república por lo cual fueron detenidos 15 diputados aproximadamente, entre estos, personajes de gran relevancia.
El congreso fue deshecho por Iturbide el 31 de octubre, por falta de servicios a la nación, avaricia e insubordinación y designó a 45 diputados que él creyó eran los más apropiados.
Aquí es cuando Santa Anna reaparece en la vida pública luego de un tiempo, expresando el “Plan de Casa Mata” el cual tenía la finalidad de restaurar el congreso, declarar revocado el imperio y excluir a Iturbide como emperador de México poniéndose a favor de los republicanos.
A este enfrentamiento se unieron los borbonistas, el general José Antonio de Echávarri también se le unió a estos ya que se encontraba en contra del imperio.
Iturbide solamente fue apoyado por el clero, ya que todos estaban en contra de él y por lo tanto concluyó en retirarse. Siendo desterrado en 1833, y restaurado nuevamente el congreso.
De esta manera fue como Santa Anna logra derrocar al régimen autocrático de Iturbide, de hecho es considerado como héroe de la patria.
Ascenso a la presidencia
Santa Anna tuvo un imparable ascenso, se colocó del lado del gobierno de manera sorprendente. Finalmente en 1833 asume el cargo como presidente de la república de México. Siendo este su primer mandato como presidente.
Cabe destacar que entre 1833 y 1835 ocupó y concedió el cargo en 4 ocasiones. Él no poseía experiencia y estaba falto de ideas, por lo que actúa como un embaucador populista.
Se alió con conservadores, centralistas y católicos, con los que poseía mayor aproximación. Además aplasto por la fuerza a sus defensores al suprimir el régimen general en 1835. Lo cual traería consigo nefastas consecuencias.
En este período es donde entra la pérdida de Texas. Los habitantes del estado de Texas bajo la influencia de colones anglosajones, se opusieron radicalmente a someter su libertad y autonomía, y exigió el retorno de la constitución federal de 1824. Pero sus demandas fueron rechazadas y así se desencadenó una gran rebelión y levantamiento.
Santa Anna se preparó para atacar a Texas junto con un gran ejército, lo que a su vez, hacia que también tuviese que enfrentarse contra Estados Unidos el cual tenía el apoyo de los rebeldes. Un mes después sufrió una vergonzosa derrota en San Jacinto.
De hecho, se le hizo prisionero y fue trasladado a Washington y poco después liberado por el presidente, pero tuvo que acceder a un tratado donde se reconocía la total independencia de Texas y a no hacer nada en contra del nuevo estado.
Ya acabado regresa a Veracruz perdiendo la poca popularidad que le quedaba y peor aún, la presidencia.
Intromisión francesa
La primera intervención por parte de los franceses se dio entre 1838 y 1839, por una gran sucesión de demandas económicas hechas por parte de los franceses, a las que el gobierno mexicano había descuidado.
Santa Anna toma esto como una oportunidad para volver a remediarse. Combatió contra una jornada militar que los franceses habían enviado a Veracruz perdiendo una de sus piernas en el combate y siendo proclamado nuevamente como héroe nacional.
Asume la presidencia una vez más durante unos meses en 1839. Pero dejó el poder luego de que alcanzara una situación económica desastrosa, y optó por una retirada interesada.
Ya que Estados Unidos quería reincorporar Texas a su territorio y por esto decidió zafarse de la escena política para no sufrir el desprestigio por parte de la opinión pública. Alegando como motivo de salida el fallecimiento de su esposa.
Guerra estadounidense contra México
Antonio López de Santa Anna fue llamado por el presidente Valentín Gómez Farías, y gracias a esto tuvo que renunciar a su exilio en Cuba para dirigir las discrepancias.
Durante la guerra de los estadounidenses contra los mexicanos (1846-1848) vuelve a tomar la presidencia en 1847 en dos cortos períodos de tiempo.
Santa Anna desde un principio se niega rotundamente a negociar con Estados Unidos a pesar de que obviamente l era bastante inferior a estos.
Los medios que poseían y la organización demostraban que eran totalmente inexpertos y obsoletos comparados con los de Estados Unidos.
Fueron perdiendo una batalla tras otra, lo que incitó por fin la invasión de Estados Unidos a Veracruz, Xalapa y Puebla en 1846.
En el año 1847 tuvo que irse de la capital y viajar hasta Colombia. Totalmente derrotado, nuevamente tuvo que aceptar el tratado de Guadalupe – Hidalgo en 1848.
Por lo tanto, México lamentablemente pierde más de la mitad de su territorio. A la clara pérdida de Texas, también se le unieron la pérdida de California, Arizona, Nuevo México, Nevada, Colorado y Utah.
Por esta razón, Antonio de Padua López de Santa Anna no posee el aprecio y estimación de los historiadores mexicanos, la guerra entre Estados Unidos y México fue un gran desastre y ha sido la más fatal de toda la historia.
En su negativa a negociar en paz, sin duda revela una desbocada percepción de sí mismo.
Exilio definitivo y su muerte
En 1855, Santa Anna renuncia por última vez a la presidencia de la república. Y nuevamente se marcha del país.
A pesar de que había tomado y dejado la presidencia en variadas ocasiones, el hecho de que se aprobara el Plan Ayulta terminó definitivamente con la vida política del que llegó a considerarse como héroe de la patria.
Santa Anna estuvo en destierro durante mucho tiempo viajando a muchos lugares. De Cuba viajó a Estados Unidos, luego a Colombia y a la isla de santo Tomás.
Durante este período de su vida su nombre dejó de oírse en México. Santa Anna publicó variados artículos en lo que se motivaba una rebelión en contra del régimen, pero los mismos no tuvieron para nada éxito.
Además, cuando se dio por segunda vez la intervención de los franceses, Santa Anna escribió al gobierno mexicano con el fin de combatir como militar a los nuevos invasores y como era de esperarse fue ignorado por el gobierno mexicano.
Halló simpatía en el restablecimiento monárquico que se encontraba bajo el reinado del emperador Maximiliano I de México, este se encontraba bastante entusiasmado debido a la causa monárquica, por lo tanto también le escribió al emperador para ofrecerle sus servicios militares, pero los servidores del archiduque le aconsejaron que ignorase su ofrecimiento y sus atenciones fueron refutadas.
Regresó ya de manera definitiva a México por última vez en 1874, para ese entonces ya tenía 80 años de vida. Producto de la vejez enfermó de cataratas y las personas que lo cuidaban lo dejaron en negligencia.
La noche del jueves 21 de julio de 1876, 2 años después de llegar a México, fallece en su casa ubicada en la calle Vergara (que actualmente es la calle Bolívar), e identificada con el número 14 en la ciudad de México.
Hoy día, su cuerpo se encuentra sepultado en el viejo Panteón Civil de Tepeyac, de la villa Guadalupe – Hidalgo en la ciudad de México.
En la actualidad y a pesar de lo controvertida de su carrera política y militar, existen diversos museos en honor al general Antonio López de Santa Anna.
Estos se encuentran en la Hacienda El Lencero, la Hacienda Paso de Varas, el Panteón del Tepeyac y en el palacio de St. Tomás o Villa Santana.