El fuerte de Acapulco era un lugar realmente importante para poder lograr el proceso de independencia de México en el sur, ya que a este llegaban los abastecimientos de armas y municiones por vía marítima a los españoles; lograr tomar este fuerte sería una acción que de forma general debilitaría a todo el sur de México en cuanto a las tropas del virrey de España. El enviado para lograr esta misión era el religioso José María Morelos.
A pesar de que el deber que Miguel Hidalgo le encomendó a Morelos era levantar insurrección en todo el sur de México, éste se tomó con especial importancia la toma del fuerte de San Diego porque sabía que Acapulco era un lugar de abastecimiento; a pesar de tomárselo tan a pecho le llevó más de tres años lograr la hazaña e incluso en una ocasión falló al intentarlo, precisamente al inicio de sus cruzadas, habiéndolo intentado en noviembre de 1810 y dándose por vencido en diciembre.
La oferta de rendición
El 4 de abril de 1813 Morelos llegó a Acapulco con su ejército, luego de casi dos meses de travesía difícil por las montañas, con poca agua y alimentos; al llegar al lugar envió a un emisario para pedirle que se entregara junto a su ejército sin oponer resistencia para evitar las muertes, pero no hubo respuesta; el 6 de abril hubo una nueva oferta y la respuesta se hizo llegar, diciendo los españoles que no estaban dispuestos a negociar. Para entonces los españoles se sentían seguros porque tenían 90 cañones y eran abastecidos de artillería por vía marítima.
La batalla empezó y el ejército rebelde se dividió en tres partes, tomando diferentes puntos estratégicos de la periferia y llegando incluso hasta la ciudad; para el 10 de abril el ejército de Morelos había tomado toda la periferia, sólo quedaba el fortín del hospital y el fortín del padrastro, los cuales cayeron en la siguiente semana. La última opción que le quedaba al comandante Pedro Antonio Vélez era refugiarse en el castillo de San Diego.
El 30 de abril Morelos volvió a pedirle la rendición el capitán, ahora con los hechos de que no tenía más donde esconderse y toda la periferia había sido tomada, pero a pesar de ello el capitán no cedió y hubo varios meses de estrategias y batallas, hasta que el 20 de agosto de 1813 el ejército realista se rindió.